Es indiscutible: las nuevas tecnologías están transformando el ecosistema del comercio a nivel mundial y, con él, el sector logístico.
Las innovaciones tecnológicas de los últimos años han cambiado por completo la manera de hacer negocios a nivel global. Con el nacimiento de internet, ocurrió como con la llegada de la revolución industrial, pues se ha producido una revolución digital de absolutamente todo lo que tiene que ver con la comunicación, los procesos de fabricación, los negocios y las transacciones.
La transformación del comercio internacional viene marcada por el internet de las cosas (IoT, Internet of Things), por la inteligencia artificial, por la impresión en 3D y por el blockchain. De hecho, de ello te hablamos hace unas semanas en este otro artículo sobre cómo prevemos que será la logística del futuro.
Y la tecnología no solo ha marcado una profunda evolución en cómo trabajamos y nos comunicamos hoy en día, sino que también ha supuesto un profundo cambio en la forma en la que los consumidores y las empresas adquieren sus productos y materias primas, así como en cómo estos segundos fabrican, controlan, almacenan y distribuyen sus productos.
¿Cómo ha cambiado la logística gracias a la tecnología?
Realmente, la logística está viviendo una auténtica revolución gracias al auge del comercio online. Internet ha llegado a prácticamente todos los rincones de nuestro planeta, brindando la oportunidad de darse a conocer a miles de pequeñas, medianas y grandes empresas alrededor del mundo. De esta manera, hoy en día es posible adquirir materias primas de cualquier lugar, rápidamente y a un coste muy bajo.
Con ello, no solo ha cambiado la forma en la que actualmente se adquieren productos y materias primas, sino que también ha evolucionado el espacio en el que se fabrican, almacenan y controlan los productos, así como su distribución.
En relación a lo anterior nos referimos a la automatización y la digitalización de los procesos. Mientras que, hace unos años, era impensable que una sola máquina hiciera el trabajo “artesanal” de varios operadores, en la actualidad es impensable tener varios recursos humanos “perdiendo” su valioso tiempo en algo que puede hacer, y de manera perfecta, un solo robot que, además, domina el proceso desde el primer segundo.
Lo mismo ocurre con los robots que controlan los almacenes, el stock y la distribución dentro de las instalaciones de cualquier fabricante. Aunque todavía existen procesos en los que la mano humana es insustituible, es indudable que la evolución nos llevará a que todo sea realizado por controlado cada vez por menos personas y manejado, en el sentido literal de la palabra, por mayor número de máquinas y robots con inteligencia artificial, que ahorrarán, entre otras cosas, dinero, tiempo y numerosos problemas. ¿No existen ya los primeros restaurantes en los que cocinan y sirven robots?
Y, por supuesto, no podemos olvidarnos del transporte autónomo. Mientras que los drones trasladarán las mercancías entre puntos relativamente cercanos, los camiones y furgonetas autónomos se encargarán de hacerlo a otros puntos más distantes.
Son maneras diferentes y complementarias por las que se están optimizando los procesos de producción y la logística, que tienen numerosas ventajas, como la reducción de los tiempos de fabricación y entrega, la mejora de la atención post venta (devolución, reparación, etc.) y el proceso de logística inversa, el seguimiento de productos y pedidos a tiempo real, la reducción de las incidencias, la capacidad, cada vez mayor, de internacionalización, las transacciones cada vez más transparentes y seguras, la logística multicanal, el cada vez más marcado compromiso con el medio ambiente y, en resumen, la plena satisfacción del cliente.
No sabemos si dentro de diez años la tecnología habrá seguido progresando hasta tal punto que suponga una nueva revolución en el sector logístico, pero esperamos que la evolución de los próximos años siga dando sus frutos en forma de continuas innovaciones y mejoras que nos permitan ser cada vez más eficientes, efectivos, económicos y, lo más importante: seguros.